Los principios de la dinámica o Leyes de Newton
son los axiomas por los que se rigen las partículas y sistemas en la dinámica
clásica. Fueron enunciados por Newton, basándose en los trabajos de Galileo, en
sus Principia Mathematica.
Primer principio: Principio de inercia
El primer
principio de la dinámica, también conocido como Primera Ley de Newton
puede formularse como
“Toda partícula libre de
interacciones permanece en reposo o en estado de movimiento rectilíneo y
uniforme.”
Normalmente
se formula usando “fuerzas” en lugar de “interacciones” pero puesto que ello
requiere el haber definido previamente el concepto de fuerza, es preferible
enunciarlo de una manera más genérica.
Este
principio fue enunciado inicialmente por Galileo.
Lo que
nos dice esta ley es que el espacio es euclídeo ya que las trayectorias
de las partículas libres son rectas y no circunferencias (como ocurriría en la
superficie de una esfera). El primer principio permite definir sistemas de
referencia ortogonales que se extienden indefinidamente en el espacio y en el
tiempo.
El primer
principio de la dinámica nos permite definir los sistemas de referencia
inerciales como aquellos en que una partícula libre sigue un movimiento
rectilíneo y uniforme.
El
principio de inercia se ve modificado en la teoría general de la relatividad,
que corrige y generaliza las leyes de Newton. En su versión más general, una
partícula libre no sigue necesariamente un movimiento rectilíneo y uniforme,
sino que se desplza siguiendo una geodésica. En el marco de la relatividad
general, el principio de inercia no es un postulado separado, sino que es una
consecuencia del segundo principio.
Segundo principio: Segunda Ley de Newton
La Primera ley de Newton nos dice que
para que un cuerpo altere su movimiento es necesario que exista algo que
provoque dicho cambio. Ese algo es lo que conocemos como fuerzas.
Estas son el resultado de la acción de unos cuerpos sobre otros.
La Segunda ley de Newton se encarga de
cuantificar el concepto de fuerza. Nos dice que la fuerza neta aplicada
sobre un cuerpo es proporcional a la aceleración que adquiere dicho cuerpo.
La constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo, de manera que
podemos expresar la relación de la siguiente manera:
F = m a
Tanto la fuerza como la aceleración son
magnitudes vectoriales, es decir, tienen, además de un valor, una dirección y
un sentido. De esta manera, la Segunda ley de Newton debe expresarse como:
F = m a
La unidad de fuerza en el Sistema
Internacional es el Newton y se representa por N. Un Newton
es la fuerza que hay que ejercer sobre un cuerpo de un kilogramo de masa
para que adquiera una aceleración de 1 m/s2, o sea,
1 N = 1 Kg · 1 m/s2
La expresión de la Segunda ley de
Newton que hemos dado es válida para cuerpos cuya masa sea constante. Si la
masa varia, como por ejemplo un cohete que va quemando combustible, no es
válida la relación F = m · a. Vamos a generalizar la Segunda ley
de Newton para que incluya el caso de sistemas en los que pueda variar la masa.
Para ello primero vamos a definir una
magnitud física nueva. Esta magnitud física es la cantidad de movimiento
que se representa por la letra p y que se define como el producto de la masa
de un cuerpo por su velocidad, es decir:
p = m · v
La cantidad de movimiento también se
conoce como momento lineal. Es una magnitud vectorial y, en el Sistema
Internacional se mide en Kg·m/s . En términos de esta nueva magnitud
física, la Segunda ley de Newton se expresa de la siguiente manera:
La Fuerza que actua sobre un cuerpo es
igual a la variación temporal de la cantidad de movimiento de dicho cuerpo, es
decir,
F = dp/dt
De esta forma incluimos también el caso
de cuerpos cuya masa no sea constante. Para el caso de que la masa sea
constante, recordando la definición de cantidad de movimiento y que como se
deriva un producto tenemos:
F = d(m·v)/dt
= m·dv/dt + dm/dt ·v
Como la masa es constante
dm/dt = 0
y recordando la definición de
aceleración, nos queda
F = m a
tal y como habiamos visto
anteriormente.
Otra consecuencia de expresar la
Segunda ley de Newton usando la cantidad de movimiento es lo que se conoce como
Principio de conservación de la cantidad de movimiento. Si la fuerza
total que actua sobre un cuerpo es cero, la Segunda ley de Newton nos dice que:
0 = dp/dt
es decir, que la derivada de la
cantidad de movimiento con respecto al tiempo es cero. Esto significa que la
cantidad de movimiento debe ser constante en el tiempo (la derivada de una
constante es cero). Esto es el Principio de conservación de la cantidad
de movimiento: si la fuerza total que actúa sobre un cuerpo es nula, la
cantidad de movimiento del cuerpo permanece constante en el tiempo.
Tercer principio: ley de acción y reacción
Los dos primeros principios de la
dinámica nos dicen cómo se comportan las partículas en ausencia de fuerzas o
sometidas a una fuerza conocida. El tercer principio de la dinámica establece
una propiedad básica de esas fuerzas de interacción entre partículas:
“Si una partícula A ejerce en un instante dado
una fuerza sobre una partícula B, la partícula B ejerce sobre A una fuerza
igual y de sentido contrario.”
Hay que destacar que estas dos fuerzas no se
anulan mutuamente, ya que se ejercen sobre partículas distintas. Sólo en el
caso de que se encuentren rígidamente unidas se cancelarán sus efectos.
La tercera ley de Newton puede formularse en dos
versiones. La versión débil es la enunciada más arriba, donde solo
indica que las fuerzas son iguales y opuestas. La versión fuerte es más
restrictiva e informativa:
“Si una partícula A ejerce en un instante dado
una fuerza sobre una partícula B, la partícula B ejerce sobre A una fuerza
igual y de sentido contrario y ambas fuerzas actúan sobre la recta que pasa por
las dos partículas”
Matemáticamente
Este requisito adicional establece que las fuerzas
de interacción son centrales lo que tiene importantes consecuencias en
la ley de conservación del momento cinético de un sistema de partículas.
No todas las fuerzas de la
naturaleza cumplen la tercera ley de Newton. Las que sí lo hacen se denominan
fuerzas newtonianas. Entre las fuerzas newtonianas se encuentran los ejemplos
importantes de la ley de la gravitación universal, la ley de Hooke y la ley de
Coulomb, por lo que las consecuencias del principio de acción y reacción se
aplican a la mayoría de los casos prácticos.
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